Diez de Medina y su pasión por Bolívar

“El bolivarismo es una fiebre galopante que una vez contraída, no nos deja nunca”, citó el escritor.

12/04/2021 | Pagina Siete

“El bolivarismo es una fiebre galopante que una vez contraída, no nos deja nunca”, citó el escritor.

Marco Mejía / La Paz

“Yo digo Bolívar y siento que se me aclara el alma”. El autor de la frase que identifica a los bolivaristas es el laureado escritor Fernando Diez de Medina, autor de la Apología lírica del Bolívar legendario.

Nació en La Paz en 1908 y falleció en esta ciudad en 1990. Fue poeta, narrador, dramaturgo, ensayista, crítico de arte y de literatura, periodista, diplomático boliviano y “un bolivarista apasionado”, como él mismo se definía.

En febrero de 1982, la revista Academia le hizo una entrevista en la que se pinta de cuerpo entero la admiración de Diez Medina por el Libertador Simón Bolívar y por el club de sus amores. A continuación presentamos parte de la nota escrita por Waldo Gutiérrez:

Las dos facetas de un connotado hombre nacional nos muestran a dos personas diferentes, pero dentro de un mismo ideal en sus varias formas. El prolífico escritor nacional, cuya obra literaria ha trascendido las perspectivas más audaces en cuanto a producción se refiere y el hombre sencillo, amante y practicante del deporte de las multitudes.

Entendemos su entusiasmo a la sola pronunciación del nombre de Bolívar. Bolívar el héroe y el Bolívar su equipo de fútbol favorito. Lo dejamos explayarse en el orden de las ideas.

“Investigué durante 30 años, para escribir sobre Simón Bolívar, nuestro padre. El libro aún inédito lleva ese nombre: Bolívar, nuestro padre que no es historia ni biografía, géneros agotados por centenares de autores. Es más bien un ensayo de interpretación filosófica y psicológica del Libertador”, mencionaba el escritor.

Le preguntamos qué o quién de las múltiples figuras de Bolívar lo ha impresionado más y quién a su juicio sobresale con mayor vivencia, el Bolívar militar, el político o el estadista, y nos responde casi con presteza: “Bolívar, ha sobresalido como militar, como político y como estadista, a lo que añadiría, como escritor, orador y poeta, no porque hacía versos, sino por el sentido ideal de la lucha y temperamento que lo guiaron.

En realidad, Bolívar es el único genio que ha dado todo su amor. Hoy ciertamente hay hombres geniales en nuestro continente, pero ninguno llega a redondear la figura polifacética de Bolívar”, enfatiza.

Diez de Medina en el deporte

Sus ojos brillan con entusiasmo al solo propósito de iniciar conversación alrededor del deporte, más propiamente alrededor del Bolívar, del cual, Fernando Diez de Medina, formó parte de la especial que vivió fugazmente. El escritor habla con entusiasmo al recordar momentos de su mocedad: “Porque habían jóvenes desinteresados, dice, que vestían la camiseta por amor al deporte; como Álex Valdivia, José Romero Loza, Carlos Dorado Chopitea, Eduardo Romecín, Néstor Velasco, Fernando Velasco, Alberto Iturralde Levi y muchos otros más”.

“Yo jugué como wing izquierdo”, recuerda Diez de Medina, “pero independientemente de esta actuación, también jugué en otras posiciones durante el 31 al 32”.

Gran parte de la generación ha sido y sigue siendo bolivarista, repite.

Más adelante agrega: “Bastaría resumir la devoción que tengo por el Bolívar en lo que dije durante la conferencia que dicté el 11 de Abril de 1975 bajo el título: Apología lírica del Bolívar legendario”, y que encontró amplia resonancia en la afición deportiva.

Cuando le preguntamos, cuáles fueron los mejores momentos del cuadro académico y que le hayan impactado, repuso con agilidad: “Cuando Bolívar le ganó a River Plate de Argentina por 7 - 2. La figura sobresaliente de ese partido fue el querido y admirado Ugarte, Víctor Agustín Ugarte, la más grande figura que ha dado el Bolívar”.

Diez de Medina hace una pausa y prosigue: También debo momentos de alegría deportiva a los inolvidables cracks Mario Alborta, Veriche Rengel, Plaza, Molina, Tapia, Arturo Plaza, Durandal, Conrado Angulo y los inolvidables arqueros Saavedra y Velasco”.

“Aquellos momentos fueron de verdadera gloria, recuerda Diez de Medina y agrega con entusiasmo. Con el glorioso Strongest formaron siempre la pareja legendaria del fútbol”.

“Ese Bolívar, de los tiempos de oro, acota, con sus perfectos cracks, Alborta y Rengel. Alborta jugaba un fútbol científico, con precisión geométrica, casi diría intelectual”.

Su apología

En abril de 1975, los celestes cumplieron 50 años con una serie de festejos en la que Diez de Medina hizo conocer su apología en honor a la institución académica.

“Nada más grandioso, más conmovedor, cuando 20.000 seres se ponen de pie en un impulso eléctrico y gritan y vibran al unísono, después de haber visto cómo, tras la jugada magistral, un disparo fulminante coloca la pelota en la carne femenina y temblorosa de la red. Eso es el fútbol, anhelo de victoria o perder con gloria. Suprema escuela en que la fuerza y la destreza nos hacen vivir intensamente”.

“Nos reunimos para celebrar el cincuentenario del glorioso Bolívar, nervio y pasión del deporte boliviano. Los bolivaristas somos modestos y orgullosos a un tiempo mismo. Modestos porque nos creemos los mejores ni los únicos, sabemos que hay otros cuadros y otros partidarios tan buenos y tan dignos como nuestros; orgullosos porque si alguien dice que el club Bolívar no es un club maravilloso, apretamos los puños, los corazones baten como tambores dentro del pecho y somos capaces de arremeter contra el osado, así tenga la talla y el renombre de Muhamad Alí”.

“El bolivarismo es una fiebre galopante que una vez contraída, no nos deja nunca. Evoquemos a esos muchachos capitaneados por Mario Alborta que entraban a la cancha con sus chaquetas azules ribeteadas de blanco, se las sacaron y al brillar el sol de oro la camiseta celeste, una tempestad de vitores y aplausos nos parecía que traía el fragor de las olas del Pacífico lejano.

“Yo digo Bolívar y siento que se me aclara el alma...”

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