22/12/2014 | La Razon

El título ganado ayer por Bolívar puede ser uno más —el decimonoveno en la ‘era liguera’— para muchos, pero se trata de uno muy especial para el técnico, el español Xabier Azkargorta, porque es el primero que consigue al frente de un club de primera división.

“Este título se lo dedico a mis jugadores, a los dirigentes, a Aracely (Saucedo, su pareja) y a mi familia. Es mi primer campeonato a nivel de clubes en Bolivia y creo que lo logramos por la continuidad y la confianza que tuvo el grupo”, dijo un emocionado entrenador académico.

Azkargorta llegó a Bolivia a finales de 1992 —hace 22 años— y entonces era un desconocido en este lado del mundo, aunque no por mucho tiempo, porque unos meses después, de su mano la selección nacional logró clasificarse —en unas eliminatorias inolvidables jugadas en 1993— al Mundial realizado en Estados Unidos el año siguiente.

Aunque esa alegría es incomparable, un poco de ella habrá vuelto a sentir el Bigotón cuando ayer el árbitro José Jordán dio por concluido el partido y Bolívar —con él al frente— obtuvo la corona y dio la vuelta olímpica, una especie de broche de oro a un año que para el entrenador español fue uno de los mejores del último tiempo, porque además se ha coronado en su primera vez como DT de un equipo nacional.

Después de irse de Bolivia, el vasco tuvo que pasar algunos sinsabores como seleccionador de Chile, por ejemplo; y en tantas vueltas que dio por el mundo —no todas como entrenador, sino cumpliendo algunos otros roles siempre en el ámbito futbolístico—, no le fue tan bien en los pocos clubes que dirigió como ahora le sucedió en Bolivia.

“Nos lo propusimos y hemos subido una escalera peldaño a peldaño, y logramos avanzar hasta lograr el objetivo”.

Azkargorta llegó a Bolívar cuando el equipo por entonces era dirigido por Vladimir Soria y casi se lo daba por muerto en la Copa Libertadores de América después de un inicio desalentador, pero este médico de profesión supo ponerle la medicina adecuada y lo levantó —en juego y en resultados— a tal punto que lo convirtió en algo así como la sensación del torneo internacional y lo llevó a disputar una semifinal del más importante certamen de clubes del continente, un sitial en el que difícilmente se puede imaginar a alguno de nuestros equipos.

A Azkargorta y compañía les quedó, sin embargo, un mal sabor por cómo fueron eliminados por el ahora campeón de la Libertadores, el argentino San Lorenzo, y entonces había que plantearse otro objetivo: recuperar la corona nacional.

“Fue un año importante por lo hecho primero en la Copa Libertadores y, segundo, por haber cerrado de esta manera la temporada. Todo eso nos llena de satisfacción. Hicimos los méritos, sobre todo fuimos paso a paso, siempre partido a partido, sin desesperarnos y hoy podemos felizmente celebrar”.

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