22/12/2014 | La Razon

Con un cómodo triunfo sobre Blooming (0-3), ayer en el Tahuichi de Santa Cruz, Bolívar se proclamó campeón del torneo Apertura 2014-2015 y obtuvo su décima novena corona en la historia de la Liga.

A no dudar que fue el mejor del campeonato. Su campaña lo dice todo: fue el equipo con más puntos (46), más victorias (14) y menos derrotas (4); el más goleador (52 tantos) e incluso tuvo en sus filas a los dos mejores anotadores. Colectiva e individualmente fue más.

Bolívar llegó a la última jornada con un punto de ventaja sobre Oriente, y si bien estaba obligado a ganar para no depender de nadie, lo de ayer fue un mero trámite. No solo dominó sino que tuvo innumerables ocasiones para convertir. Le costó llegar a la apertura, finalmente lo hizo cuando la primera parte estaba a punto de expirar; en cambio en la segunda, con otros dos tantos, lo hizo más fácil.

No es problema de Bolívar que al frente hubiera estado un Blooming desdibujado. El cruceño no fue ni la sombra del que tuvo buenos partidos en el certamen. Más bien dio la impresión que no le importaba nada.

Juan Carlos Arce lleva el balón. Abajo, Sánchez Capdevila intenta llegar a la pelota antes que el arquero.

Bolívar se cansó de atacar. A los 13 minutos, Sánchez Capdevila mandó la primera pelota al palo. La segunda fue de Tenorio a los 34’. En medio de ambas jugadas tuvo otras claras, ya sea remates desviados o rebotes en la defensa bloominista.

El local apenas tuvo una clara, a los 38’, una acción de Minadevino. Y punto.

En el primer minuto de adición (46’) por fin llegó el gol, obra de Callejón tras un notable pase de Tenorio.

Ese tanto fue clave, fue el de la tranquilidad, porque luego Bolívar tuvo en bandeja la segunda parte, pues Blooming se lo permitió. A los 8’,

Tenorio bajó hacia el centro un centro lanzado por Callejón y Cabrera estaba en el lugar exacto para empujar la pelota al fondo del arco.

Y a los 21’, otra vez con la defensa de Blooming dando demasiadas ventajas, Sánchez Capdevila clavó el tercero a través de una buena definición.

Quedaba todavía tiempo, pero ya para qué. Los celestes mantuvieron la pelota en sus pies sin oposición. Ya se sabían campeones y al final lo celebraron.

Un Blooming desfigurado fue una presa muy fácil

Ramiro Siles

Sin quitarle mérito alguno al rendimiento de Bolívar, que hizo su trabajo para consagrarse campeón, en realidad se encontró con un Blooming que salvo defenderse como pudo en la primera parte no hizo otra cosa ayer en la cancha, consecuencia tal vez de los problemas que pasó en las horas previas a la última jornada liguera.

Hasta mediodía de ayer no se sabía si iba a jugar con sus titulares o con un equipo juvenil, después de que el sábado por la noche el técnico Mauricio Soria presentara su renuncia y el primer plantel decidiera dejar la concentración, en apariencia por incumplimiento salarial de parte de la dirigencia.

A pesar de ello, Soria estuvo dispuesto a dirigir el último encuentro, incluso llegó ayer hasta el vestuario del estadio Tahuichi Aguilera, pero miembros del directorio se opusieron.

Después de largas reuniones durante la mañana, la dirigencia logró convencer al primer plantel para que se presentara a jugar y lo hizo al mando del entrenador de los juveniles, Fernando Suárez.

De paso, Blooming presentó un equipo distinto al que había trabajado al mando de Soria durante los entrenamientos de la semana, y jugadores habituales titulares más bien fueron al banco de suplentes.

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