Guido Loayza, el Presidente de Bolívar

Salvador celeste

07/01/2013 | EL DIARIO

Noviembre de 2007 será inolvidable para Guido Loayza. Los socios, ex dirigentes, ex presidentes e hinchas comunes, lo eligieron como el nuevo presidente de Bolívar para modificar la dirección que hasta ese momento tuvo la institución celeste.

El arribo al club de sus amores tuvo un retraso, pues por los estatutos vigentes, no estaba habilitado para terciar en las elecciones convocadas el 23 de noviembre de 2007, por lo que viabilizó una candidatura, la de Mario Lara, quien se comprometió a promover el proyecto de Loayza a la brevedad posible.

El en ese entonces no posesionado presidente, promovió una asamblea general que determinó cesar en sus funciones al titular Mauro Cuéllar, argumentándose la acefalía del directorio y conformándose un Tribunal de Honor para asumir el control de la institución de acuerdo con los estatutos en vigencia.

Los planes

La intención era modificar los estatutos, convocar a elecciones y posesionar a los nuevos dirigentes, gracias a la inscripción de nuevos socios efectuada en una acción proselitista.

Sin embargo, la directiva de Mauro Cuéllar llamó a elecciones, se presentaron dos fórmulas y ganó una, aquella que quería a Loayza como presidente del club, pero que para ello debía efectuar varios cambios antes que el deseo de tantos se concrete.

Lara, un socio activo, declaró que se le había cumplido un sueño, ser presidente de Bolívar, puntualizó que era de carácter transitorio. Anunció que mientras esté en el cargo, promovería la reforma estatutaria, convocando a elecciones y entregando la presidencia al nuevo líder de la academia, para todos, Guido Loayza.

Entretanto, en el camino, debía resolver los problemas administrativos, habilitar un equipo para jugar por un lugar en la Copa Libertadores en diciembre, ver la manera de arreglar los salarios impagos de los futbolistas e iniciar las auditorías que den a conocer la situación económica-financiera del club.

El trabajo no fue aislado, ni paralelo, respondiendo a las directrices del actual presidente, quien se comprometió a desarrollar una estrategia deportiva y otra económica, al sumar a la futura directiva personas que inviertan en el club y resuelvan los adeudos reconocidos después de una revisión exhaustiva de documentos.

Loayza emergió como salvador del club a partir de dos hechos puntuales, ser un ex presidente de Bolívar con trayectoria prolongada, y el éxito que logró como presidente de la Federación Boliviana de Fútbol en el periodo 92-94 que derivó en la clasificación de la selección nacional al Mundial de Estados Unidos '94, logro hasta el día de hoy recordado por todo el país.

Ante la cada vez más solitaria gestión de Cuéllar, Loayza promovió el cambio de gestión y dirección por los constantes problemas del club y por un pedido cada vez mayor de ex presidentes, ex dirigentes, socios y simpatizantes que no toleraban los últimos fracasos deportivos, en particular la imposibilidad de pasar a la segunda ronda de la Copa Libertadores y que el equipo no esté conformado por jugadores de categoría.

Esto último derivó en anuncios de contratar a jugadores de selección, de un cuerpo técnico de trayectoria y pergaminos y de estructurar un club que tenga un respaldo económico manejado como empresa pequeña, de sociedad anónima.

La esperanza del bolivarista común creció en ese tiempo, pues existía la confianza de que con Loayza se recuperaría el protagonismo perdido en ese periodo de tiempo logrando los títulos que le fueron esquivos durante la temporada 2007.

El peso de la responsabilidad no parecía afectar a Loayza, quien estaba decidido a realizar una gestión más exitosa que la primera y llevar a su club a niveles tan altos que sea difícil de imitar por las generaciones posteriores.

En el momento de su reaparición no le gustó que le llamen salvador de Bolívar, pero llegó como tal, y hoy en día sigue en la lucha por mantener a Bolívar como protagonista del fútbol boliviano.

 

 

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