07/10/2020 | ARA.cat

El capitán blanquiazul, rojo pone el punto final a una histórica trayectoria en Montilivi.

Es complicado hacer peor las cosas, pero el Girona se está superando. Tras un mercado de fichajes vergonzoso, en que se ha hipotecado el proyecto, Marcelo Claure, el nuevo propietario blanquiazul rojo, lleva Alex Granell, el capitán y símbolo de la mejor época, en Bolívar, uno de los equipos de los que tiene el control. También dirige el Inter de Miami, con quien Granell tiene la opción de terminar su carrera. El futbolista ha puesto mucho de su parte, porque ya hacía un verano que la idea de marchar le rondaba por la cabeza. Este es el punto final a una brillante trayectoria que lo sitúa en los libros de historia: Granell es quien más ha defendido el club a la LFP, con 233 partidos desde su aterrizaje en 2014.

Abandona el club con el gran recuerdo del ascenso a la máxima categoría, logrado en 2017. El suyo es un camino exitoso, que lo llevó a pasear y proteger el escudo del que es socio los mejores campos del país. No fue fácil, no lo fue. Porque hablar de Granell también es hablar de derrotas. De Lugo. De Osasuna. Del Levante. Del Elche. Pero no manchan el currículo con un Girona que no lo podrá reemplazar. Simplemente, porque de Àlex Granell sólo hay uno. Siempre será una leyenda.

Parece mentira que un futbolista que lo representa todo acabe huyendo de esta manera. ¿Qué credibilidad tendrá ahora el presente si un chico de la casa que luce los máximos galones prefiere ir a jugar a Bolivia? Donde han quedado el compromiso y el orgullo gerundense por los que el Girona sacaba pecho? Nadie habría acertado nunca, cuando competía en la élite, que poco tiempo más tarde nada tendría sentido. Y suerte que Stuani continúa, para que las dos derrotas han dejado al descubierto el gran desbarajuste que se vive. Tan mal está la cosa que no se ha ni celebrado. Incluso Francisco, que nunca había alzado la voz, reclamó refuerzos domingo. El resultado? Le han marchado Granell, Alcalá, Jairo y Zeballos; y han llegado Bustos, Bárcenas y Cristóforo. Hace muy mala pinta.

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