Delantero, albañil y ahora un gran golero

25/08/2019 | La Razon

Es costarricense. Hombre de selección, de hecho —compañero de Keylor Navas, del Real Madrid— estuvo con Costa Rica en el Mundial de Rusia 2018.

La Razón (Edición Impresa) / Jaime Ayllón / La Paz

10:40 / 23 de agosto de 2019

Leonel Moreira es el nuevo arquero de Bolívar. Apenas lleva unos partidos cuidando el arco celeste y ya se ganó un lugar en el equipo y en el corazón de la afición.

Es costarricense. Hombre de selección, de hecho —compañero de Keylor Navas, del Real Madrid— estuvo con Costa Rica en el Mundial de Rusia 2018.

Tiene una linda historia. Por ejemplo, aunque no es el primero ni el último, habiendo sido delantero en sus inicios lo que más le sedujo, después de una casualidad, fue el puesto de guardameta.

“Empecé a jugar como delantero, fue en mi niñez, inclusive fui goleador de mi equipo. También fui el mejor portero. Pero la situación de ocupar el arco se dio porque el golero titular se había lesionado, entonces les dije al técnico y a los compañeros que yo podía atajar porque me gustaba también el puesto, entonces cogí y calcé los guantes y nunca más me los saqué. Eso me sucedió a mis 10 años.

Proviene de una familia humilde, como que tuvo que batirse en la vida para ayudar a los suyos a salir adelante antes de que el fútbol le ayudara por completo a crecer.

“Llegar hasta aquí (a ser futbolista profesional) ha sido de mucho aprendizaje, de trabajar mucho por las cosas que quería y quiero, y por obtener mis sueños. No fue fácil, pero lo importante es que siempre me entregué al máximo. Incluso trabajé durante cinco años en la rama de construcción como albañil, como obrero, para poder ayudar en mi casa y en mis estudios. Eso también me ayudó en mi carrera profesional hasta que logré el título en Administración de Recursos Humanos. Y no me quedo ahí, pues también estoy siguiendo la carrera de entrenador de fútbol, ya tengo la licencia B y me falta poco para obtener la licencia A. Uno siempre tiene que pensar a futuro para que cuando el fútbol ya no esté, tener algo más para vivir. Trato de prepararme y de ser mejor persona cada día más”.

Tal vez pocos saben cómo fue su traspaso al fútbol de Bolivia y que algo tuvo que ver Carlos Leonel Trucco, el golero de la selección boliviana que clasificó al Mundial en 1993 y que al año siguiente disputó Estados Unidos 1994.

Moreira dio el salto desde su país primero al fútbol mexicano, al Pachuca, donde justamente Trucco trabaja hace muchísimos años. Bolívar hizo las gestiones para contratar a un buen guardameta y el exseleccionado nacional lo animó a venir.

“Carlos tuvo mucho que ver porque me habló bien de este país y no se equivocó, me dio incluso conocimientos y me recomendó cosas, entre otras sobre cómo debo jugar. Cuando vine, ya sabía cómo iban a ser las primeras semanas porque seguí sus consejos”.

Dejar México y llegar a un fútbol como el boliviano le interesó “por el hecho de volver a jugar un torneo internacional, específicamente la Copa Libertadores de América (2020). En México tuve la oportunidad de disputar campeonatos a ese nivel y adquirí mucha experiencia, entonces una Libertadores le seduce a cualquiera; felizmente las cosas entre clubes, entre Pachuca y Bolívar, se dieron en forma rápida y estoy aquí cedido a préstamo por una temporada”.

  • Leonel (der.), junto a su esposa Yulieth  y sus hijos Santiago y Camila. Los cuatro lucen las chamarras de la familia. Foto: Oswaldo Aguirre

‘Hijo de Dios’ y no de las cábalas

Leonel Moreira es “cristiano, un hijo de Dios, creo mucho en la palabra del Señor, en la Santa Biblia”. En cambio, no es “hombre de cábalas, no creo en eso”, a pesar de que en el fútbol son muy comunes entre futbolistas.

Le encanta la “salteña paceña, es riquísima”, como también el “majadito” cruceño. Al contrario, sus creencias no le permiten servirse “ningún platillo a base de carne de cerdo”.

Dedicado a las prácticas en la Academia, no ha tenido mucho tiempo para conocer la ciudad; sin embargo, en alguna jornada de descanso no ha perdido el tiempo, se ha subido al teleférico y también ha visitado con su familia el Valle de la Luna, en Mallasa.

“La gente en La Paz es muy educada, se nota que es una ciudad de muchas tradiciones y gran cultura, aparte las personas son muy atentas y a uno le hacen sentir seguro y tranquilo. Me dijeron que hay lindos lugares turísticos, entonces ya tendremos tiempo de conocer más cosas”.

En el fútbol, le va bien en Bolívar, que es el líder del campeonato. Hombre de notables reflejos, también le pega a la pelota con los pies como, por ejemplo, como para generar ataques que en algún caso ya terminaron en gol a favor del equipo.

“No soy muy alto, pero tampoco soy un golero extremadamente pequeño, mido un metro con ochenta centímetros, suficiente. Pero en este puesto no solo la estatura es fundamental, hay otros aspectos y a ello hay que agregarle la potencia mental de cada uno”.

Le llama la atención que en el país las canchas no sean muy buenas, pero al margen de ello tiene una ilusión: “Ser campeón en mi primer año aquí”.

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